PADRES E HIJOS

El alcoholismo en los adolescentes rompe muchos matrimonios

Cada vez más padres llevan a sus hijos de 13 años a las consultas porque son alcohólicos

La psicóloga y asesora técnica de la Federación Alcohólicos de Madrid (FACOMA), Silvia Stretti, ha advertido que el problema del alcoholismo en los adolescentes es causa de muchas rupturas familiares, pues si bien «hay parejas que se unen mucho ante el caso de un hijo alcohólico, otras acaban rompiendo».

Stretti que ha participado en las jornadas «El alcohol en la adolescencia» (Cáceres) ha abordado en su conferencia lo que ocurre en una familia cuando se instala el alcohol en un hijo adolescente, las diferentes etapas, los cambios, temores, ansiedades y angustias.

«Como el alcohol está tan instalado en la sociedad y forma parte de la vida de todos, no se suele hablar de cómo afecta a los padres y a los hermanos» pero, según la psicóloga, es como un «terremoto», que produce «mucha culpabilidad» ya que los padres se preguntan si son los responsables del problema de alcoholismo de su hijo.

Cuesta asumirlo

Son precisamente los progenitores quienes tardan más en asumirlo, de hecho, en un primer momento niegan la enfermedad y piensan que es «normal» que se emborrache, después empiezan a entender que no lo es y dicen que se tiene que acabar, «cuando ven que no se acaba, llegan a la desesperación».

Además, el proceso de tratamiento, ha añadido, implica también una serie de cambios para la familia, «desconfianza y temores».

Stretti ha asegurado que cada vez más padres llevan a las asociaciones y consultas médicas a sus hijos con 13 o 16 años porque son alcohólicos y también en ese momento les cuesta reconocer que su hijo es alcohólico, sea «joven o no tan joven».

Para ellos, ha destacado, es «muy doloroso y muy duro porque siempre aparece la duda y la culpa, si habrán tenido algo que ver o habrán hecho algo mal». Los menores afectados tampoco asumen que tienen un problema al afirmar que están «en edad de salir y relacionarse y se preguntan qué van a hacer si no beben».

Por esta razón, la especialista ha aconsejado que, cuando está próxima la edad de inicio del consumo, se establezca un verdadero diálogo entre padres e hijos, que no sea una «simple imposición o una prohibición o confrontación», donde escuchen «sus dudas e inquietudes para que se les pueda acompañar y aconsejar».

Con esa comunicación, ha señalado la psicóloga, se pretende hacer ver al adolescente que «puede pensar en ello y encontrar sus propias respuestas, y que se vaya sintiendo más fuerte frente a las presiones del grupo y el deseo que despierta el alcohol».